Mientras aquí seguimos esperando ansiosos las carreras, este domingo 12 de septiembre se corrió las 10 Millas de la Ciudad de Mao, la carrera que paraliza toda La Isla de Menorca.
En ella compitió el altagraciense Damián Miranda, el cual logro el 11° puesto en la gral y el segundo en su categoría logrando un muy buen resultado al igual que el año pasado.
El es un atleta humilde de la vieja escuela de los cuales quedan pocos, no se pierde ningún evento deportivo o recreativo al cual tiene posibilidad y que en el 2017 fue distinguido junto a nuestros queridos amigos Alba Herrera y Manuel Montoya en los premios "Campeones de la Estancia", nos cuenta que "no ha sido facil mantener el ritmo de entrenamiento al que venía acostumbrado pero hizo todo lo posible" y realiza sus entrenamientos por estas hermosas costas ya sea individualmente o junto al grupo de entrenamiento que pertenece a esa zona manejado por . . . .
En cuanto a sus futuros planes deportivos nos cuenta que su intención es correr la Maratón de Berlín y de ser posible algunas más por el viejo continente.
Sobre la carrera "10 y 5 Millas Ciutat de Maó", es más que una prueba deportiva, es una carrera a través de la historia cuyo recorrido tiene lugar a través del patrimonio histórico y natural de la isla de Menorca, Reserva de la Biosfera.
El nacimiento de la misma viene a ser un guiño a la tradición británica que ha formado parte de este territorio, al presentarse de manera inédita en millas, medida de longitud inglesa, y no en kilómetros como es habitual. Y es que durante más de cien años, Menorca perteneció a la corona británica y como consecuencia de esta influencia, quedaron para siempre establecidos unos lazos estrechos a través de la cultura, la arquitectura, la gastronomía o incluso el lenguaje (hay palabras de origen inglés incorporadas al menorquín).
La cuarta edición, al igual que las anteriores, tienen como protagonista el puerto de Mahón, el puerto natural más grande del Mediterráneo, la Fortaleza de La Mola o la Base Naval, que abre sus puertas para recorrerla hasta la Isla Pinto. Con llegada al corazón del puerto, el vencedor y vencedora absolutos obtienen como recompensa uno de los tesoros más genuinos de esta tierra, un lote de Queso de Mahón de diez o cinco kilos, en función de la carrera que han disputado.
